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agosto 2019
Cañada arriba                            pequeño encinar
       
 
       
 
       
 
       
 
       
 
Junio 2019
              Las "maritas" Cañada Arriba
    
 
    
 
    
 
    
 
    

Merinas en Villambroz                          -22-Junio-2019.

Un autocar de jóvenes de Gerona, llegaban en autocar,  acompañando al rebaño para seguirlo hasta Prioro.

    


Septiembre 2018

Cañada abajo
“ECOS DE UN PASADO REAL”

 Una luz exultante me invita a dar un largo paseo en una tarde en la que en el horizonte observo ese color anaranjado de un fuego intenso cubriendo las laderas, donde en un tiempo estaban nuestros queridos majuelos.

  Las altas montañas que en el horizonte  asoman, son  hermosos tatuajes que adornan  la llanura ya reseca, varios chopos y álamos blancos diseminados por todo el contorno, dejan caer poco a poco sus hojas tapizando la cañada; entonces  me llega un sonido de cencerros, balidos y voces que interrumpen el silencio de una apacible tarde ya casi otoñal y  que su sonido va llegando cada vez más nítido; miro al horizonte y observo a lo lejos un rebaño de ovejas merinas…

 Mi sorpresa es infinita, y me viene a la memoria aquellos años, que siendo niña las veía llegar con esos sonidos de cencerros y ladridos de los mastines que iban de un lado para otro procurando que el rebaño no se esparciera; y de nuevo al llegar septiembre volvían de regreso  de las verdes praderas a terrenos más cálidos dejando atrás el frío, que a partir de ese mes, se dejaba sentir en los valles y montañas del norte.

 Sorprendida por lo que veía, me quedo de pie mirando como el rebaño sin detenerse, sigue ligero por la cañada, mientras alguno de los perros se acerca hasta mí, y sin más, sigue su camino a la voz del pastor que le llama.

 De esa manera, remonto al pasado, y como entre sueños las veo como llegan rápidamente al pueblo  dirigiéndose a descansar en un corral que como era  ya costumbre, lo venían haciendo durante años. Pronto se corre la voz que ya estaban en las eras las merinas y los chiquillos acompañados por mozas y mozos del pueblo, se acercan para darles la bienvenida.

  También las madres de esos jóvenes alguno de esos años en que pasaron por este pueblo, podrían haberse acercado, y repiqueteando con sus dedos la piel curtida con las que están hechas las panderetas, empezarían a entonar viejas canciones de todos conocidas; los mozos y mozas, ya sin poderse contener, se unirían en parejas y bailarían con esa alegría que les caracteriza a la juventud de este pueblo, Incluso los más pequeños  imitándoles, les seguirían sus pasos.

  El sol escondido, deja paso a una incipiente oscuridad que va cubriendo poco a poco la explanada;  la luna llena, ya en lo alto, no es lo suficiente luminosa para darles claridad a los que allí se han reunido. Por lo que  los pastores encienden  una gran fogata. (No hay que olvidar, que en aquellos años en los pueblos la luz era muy escasa en las casas, por lo tanto en las afueras del pueblo la oscuridad era completa) dando paso a una extraordinaria claridad, que anima aún más a los que allí felices bailaban.

 Mientras los pastores mayores preparan la cena, los más jóvenes también se divertirían con la música y canciones que les ofrecían esas buenas mujeres.

 La noche ya avanzada, les hace recogerse; madres e hijos van marchando para sus casas, no sin antes,  despedirse de los pastores deseándoles buen viaje, y con el deseo de que el próximo año volvieran a verse.

 Al díasiguiente antes de amanecer, seguirían su camino, rumbo al sur con dirección a los cálidos pastos de Extremadura.

 Y así  sin darme cuenta, desapareció de mi vista aquel rebaño volviendo a la realidad, dándome cuenta que el deseado sol  se había ocultado tras los pinos y robles que crecían en las laderas, y que por ese día, mi paseo había concluido.

 Pero en estos escasos momentos, en lo que me quedé absorta recordando aquellos tiempos, pasaron delante de mí unas imágenes tan reales, como lo que acababa de contemplar.

 Imelda Pérez Delgado- Villambroz-2018.

REPORTAJE GRAFICO         "maritas" Cañada Abajo   24- Septiembre- 2018
Merinas o maritas por la Cañada Real Leonesa, de vuelta de la montaña leonesa, con dirección a Madrid con destino a tierras extremeñas, a su paso por la "descansadera" de Villambroz/

     

     

     
 Agosto 2018
Cañada arriba
             

           

           

           

             

         

            

         

            
Junio 2018
 

Hoy, 26 de junio del 2018, han cruzado la Cañada Real Leonesa Oriental por VILLAMBROZ, unos rebaños de ovejas merinas, "maritas", de camino a PRIORO

             
          
          
           

Cañada Real Leonesa Oriental
  Tiene un recorrido de 700 kilómetros, que van desde la provincia de León a Badajoz, atravesando las provincias de Palencia, Valladolid, Segovia, Ávila, Toledo y Cáceres, y que es una vía pecuaria con una antigüedad ancestral que heredó la Mesta, con referencias desde el siglo X.

DP. Baltanas ve ejecutados los trabajos de amojonamiento aprobados en 2006 pero paralizados por sentencia judicial

El renacimiento del pastor. Los

mariteros 

Los pastores llevan desde hace casi 1.000 años guiando a sus ganados por una red de cañadas, cordeles y veredas que recorre 125.000 kilómetros por toda la Península Ibérica.  El trabajo de la Asociación Trashumancia y Naturaleza ha permitido recuperar esta práctica que tiene un papel clave para la salud del medio ambiente.

Los guardianes de la naturaleza

Los "viejos del lugar" de Villambroz conocieron lo que relata este escrito

El ganado es la clave de la riqueza de ecosistemas pastoriles con 40 especies por metro cuadrado La Asociación ha recuperado la labor trashumante de 50 familias que mueven 20.000 cabezas de ganado Alejandro lleva 54 años haciendo la trashumancia, pero no siempre a pie. Hace unos años lo hacía en camiones

Los Cordeles de la maritas

MIGUEL G. CORRAL
            

   
 Pero, a pesar de que estos caminos cuentan con una fuerte protección legal, no siempre se respetan. «Ahora estamos en un cordel, que debería tener 37,5 metros de anchura», dice Alejandro, que se va de inmediato a un extremo del camino y comienza a dar pasos largos mientras cuenta. «¡Diez metros! Y a veces tenemos problemas con los agricultores por que las ovejas pastan en su sembrao. ¡Pues no siembres ahí!, les digo».
  Estas vías han acogido cada primavera y cada otoño a cerca de cinco millones de cabezas de ganado durante el siglo XX. «Estas grandes manadas moviéndose entre el sur y el norte de la Península son las que han generado nuestra enorme riqueza en biodiversidad», explica Jesús Garzón, quien tuvo un papel clave en la protección del Parque Nacional de Monfragüe y cuyos estudios sobre especies como el águila imperial o el lince ibérico en los años 60 tuvieron una gran repercusión.
  Ya no se mueven por estos caminos los millones de animales que lo hacían hace décadas, pero los 20.000 que aún lo hacen gracias al trabajo de asociaciones como Trashumancia y Naturaleza siguen teniendo un papel decisivo en la conservación de los ecosistemas ibéricos. «Cada manada de 100 vacas, o cada rebaño de 1.000 ovejas, aportan diariamente unas tres toneladas de estiércol cargado con cerca de cinco millones de semillas. Como recorren unos 20 kilómetros diarios y su digestión puede tardar hasta cinco días, distribuyen las semillas a 100 kilómetros de distancia. Esa es la clave de la riqueza de los ecosistemas pastoriles, con más de 40 especies por metro cuadrado», explica Garzón bajo un aguacero en mitad de los cultivos segovianos.
    Cuando se acerca la noche no se habla de otra cosa que de buscar un lugar para dormir. Pero ese trabajo le corresponde al personal de la asociación. El humo de la hoguera se ve al coronar un otero. «Allí nos quedamos», dice Alejandro. Al llegar, ya de noche, el aroma de una cazuela de setas recién cogidas supera el olor de las ovejas.No ha amanecido y los pastores ya llevan un tiempo despiertos poniendo el café al fuego y cargando sus mantas sobre las mulas. Sobre las seis de la mañana comenzó a llover, pero no le importó a nadie. Uno de ellos simplemente tiró del plástico sobre el que dormía para cubrirse por completo y poder aprovechar media hora más de sueño. El rebaño aún está recluido en la red que agrupa a las ovejas y cabras durante la noche con ayuda de una pequeña batería. La corriente no sólo evita que el ganado se espante en medio de la noche, sino que también mantiene a raya a los mastines que mantienen a raya a los lobos. En la madrugada, han parido dos ovejas y hay que ocuparse de los corderos antes de que lo hagan los perros. Además, no resistirían entre el rebaño una jornada de cerca de 20 kilómetros de marcha por las cañadas que conducen hacia la sierra que separa Segovia de Madrid.
  Alejandro Jiménez Bellido, el mayoral, es el único ganadero trashumante que queda en la provincia de Valladolid. Tiene 63 años, y lleva desde los nueve conduciendo las ovejas de su familia desde Carpio, un pueblo situado a 62 kilómetros de la capital pucelana, hasta los pastos de zonas menos frías situadas sobre todo en Extremadura. Pero este año se dirige a una finca de Boadilla del Monte, en Madrid.«Allí me quedo unos ocho meses en una casa vieja que hay en la finca. Cualquier día se viene abajo y me coge dentro», cuenta Alejandro mientras carga junto con su pastor, Loren, a los dos corderos recién nacidos sobre las alforjas de las mulas. Su abuelo fue trashumante y su padre y sus tíos también. Recuerda con brillo en los ojos lo que le dijo su nieto de cinco años después de acompañarle junto al rebaño la jornada que pasaron por Arévalo (Ávila): «Mira cuántos animales tenemos, abuelo Jandro. Este es el mejor día de mi vida».
Está nublado, pero la luz del Sol ya permite apagar las linternas. Son las ocho y se hace tarde. Loren abre la red, que ya no tiene corriente, y comienza a llamar a los mansos. «¡Rrrrrrrrrr! ¡Pájaro!», grita metiendo la mano en el morral que lleva en bandolera. Dos machos con un enorme zumbo -el cencerro de gran tamaño y con el sonido más grave del rebaño- colgado del cuello y amarrado a la testuz se acercan a la carrera para comer de la mano de Loren el grano que saca de su zurrón.
«Los mansos son la guía», explica Alejandro sin retirar la mirada de la mula que está cargando. Los silbidos y ruidos del pastor continúan mientras se aleja caminando al frente de un rebaño que se afila por la cañada a medida que aumenta el ruido metálico de los cencerros. Arranca la jornada que conducirá al rebaño de 1.800 ovejas y cerca de 100 cabras hacia el puerto de Tablada, en la frontera entre Segovia y Madrid, y a unos tres días de camino hasta la finca en la que el ganado pasará lo peor del invierno hasta la llegada de la primavera. Pero Alejandro no siempre ha hecho el camino entre los pastos del norte y del sur a pie con sus animales. Hasta hace unos años lo hacía en camión. Y, del mismo modo que él, otras muchas familias de ganaderos dejaron a lo largo del siglo XX de utilizar las cañadas para conducir sus rebaños. La red de vías pecuarias española tiene 125.000 kilómetros de longitud y ocupa 400.000 hectáreas distribuidas por todo el territorio nacional. De alguna forma, vertebra sirviendo de corredor verde la conservación de la rica biodiversidad ibérica. Según un informe elaborado en 2012 por el

 Laboratorio de Socio-Ecosistemas de la Universidad Autónoma de Madrid

 La ganadería trashumante y las vías pecuarias «favorecen la conservación de la biodiversidad y las funciones ecológicas, garantizando el suministro de un flujo variado de servicios de alta calidad».
La
Asociación Trashumancia y Naturaleza, que acaba de recibir elremio Fundación BBVA a la Conservación de la Biodiversidad, trabaja desde 1997 para que esta práctica no desaparezca y ayude a «defender el patrimonio natural y público que representa la red de vías pecuarias», según el acta del jurado. Los investigadores del Laboratorio de Socio-Ecosistemas de la UAM, dirigido por el catedrático del Departamento de Ecología Carlos Montes, concluyen que ante el abandono progresivo del medio rural y en el contexto de la crisis global, la trashumancia y la ganadería extensiva «contribuyen al mantenimiento de medios de vida rurales sostenibles, reduciendo así nuestra vulnerabilidad y mejorando nuestra capacidad de adaptación como sociedad frente a las perturbaciones asociadas a las crisis económico-financieras y a los previsibles impactos asociados al cambio ambiental global».
Jesús Garzón es el presidente de la Asociación Trashumancia y Naturaleza y el motor que mueve toda esta maquinaria de ayuda a más de 50 familias trashumantes. «Se les ayuda con el papeleo, un coche de apoyo les acompaña durante el viaje y transporta sus pertenencias, hay personal que les ayuda a montar los campamentos e incluso un cocinero maravilloso les prepara comida caliente», cuenta Garzón mientras el rebaño avanza por una carretera tras encontrar un río recrecido sin puente alguno atravesando la cañada en las inmediaciones de Otero de Herreros (Segovia).
 Esa es precisamente una de las reivindicaciones que tienen desde hace años en la asociación. Si se quiere dignificar la labor de los pastores como defensores de productos agroalimentarios con un gran valor añadido y como guardianes de la red de corredores verdes que recorre España, es necesario ofrecer infraestructuras adecuadas para ello.
 La red de vías pecuarias fue creada por Alfonso X el Sabio en el siglo XIII y hay quien cree que este fue el inicio de la trashumancia. Pero la trashumancia ya se hacía desde hacía siete milenios. «El rey medieval lo único que hizo fue legislarla», cuenta Garzón. «Hemos recuperado el tránsito de unas 200.000 ovejas, cabras, vacas y caballos, recorriendo más de 50.000 kilómetros de cañadas, cordeles y veredas», asegura.
Pero, a pesar de que estos caminos cuentan con una fuerte protección legal, no siempre se respetan. «Ahora estamos en un cordel, que debería tener 37,5 metros de anchura», dice Alejandro, que se va de inmediato a un extremo del camino y comienza a dar pasos largos mientras cuenta. «¡Diez metros! Y a veces tenemos problemas con los agricultores por que las ovejas pastan en su sembrao. ¡Pues no siembres ahí!, les digo».
 Estas vías han acogido cada primavera y cada otoño a cerca de cinco millones de cabezas de ganado durante el siglo XX. «Estas grandes manadas moviéndose entre el sur y el norte de la Península son las que han generado nuestra enorme riqueza en biodiversidad», explica Jesús Garzón, quien tuvo un papel clave en la protección del Parque Nacional de Monfragüe y cuyos estudios sobre especies como el águila imperial o el lince ibérico en los años 60 tuvieron una gran repercusión.
  Ya no se mueven por estos caminos los millones de animales que lo hacían hace décadas, pero los 20.000 que aún lo hacen gracias al trabajo de asociaciones como Trashumancia y Naturaleza siguen teniendo un papel decisivo en la conservación de los ecosistemas ibéricos. «Cada manada de 100 vacas, o cada rebaño de 1.000 ovejas, aportan diariamente unas tres toneladas de estiércol cargado con cerca de cinco millones de semillas. Como recorren unos 20 kilómetros diarios y su digestión puede tardar hasta cinco días, distribuyen las semillas a 100 kilómetros de distancia. Esa es la clave de la riqueza de los ecosistemas pastoriles, con más de 40 especies por metro cuadrado», explica Garzón bajo un aguacero en mitad de los cultivos segovianos.  Cuando se acerca la noche no se habla de otra cosa que de buscar un lugar para dormir. Pero ese trabajo le corresponde al personal de la asociación. El humo de la hoguera se ve al coronar un otero. «Allí nos quedamos», dice Alejandro. Al llegar, ya de noche, el aroma de una cazuela de setas recién cogidas supera el olor de las ovejas.

Ángel González G Cerca de SALDAÑA, en VILLAMBROZ trascurre la Ruta Leonesa Oriental de LA TRASHUMANCIA. Hace tiempo se desarrolo un evento, para tratar de RECUPERAR dicha RUTA y desconozco si ha progresado en VILLAMBROZ alguna actividad, Aquí dejo una actividad de una localidad de La Rioja ( BRIEVA DE CAMEROS). ¡¡¡ no dejemos sin memorIa nuestro pasado ¡¡¡. ¿ A QUÉ ESPERAMOS A MOVERNOS ?. Que pena que en la Zona tengamos DOS DIPUTADOS PROVINCIALES. Uno en Saldaña y otro en Villota y no hayan apoyado está INICIATIVA. Muchos de los Agricultores de la Zona se han "comido" la cañada. 
La Diputación de Palencia edita la primera guía verde de la región sobre cañadas reales o cordeles 

La publicación, cuenta con la colaboración de la Fundación del Patrimonio Natural y pretende impulsar rutas a pie, caballo o bicicleta por estos parajes naturales y acercar al público los valores medioambientales

La Diputación palentina presentaba ayer 20 de junio la primera guía publicada en la región sobre vías pecuarias. Fue el diputado de Medio Ambiente, Adolfo Palacios, quien la presentaba en el Palacio provincial, y comentaba al respecto que son varias rutas las que pueden realizarse a través de cañadas reales, veredas y cordeles. La Diputación de Palencia ha editado 2.000 ejemplares con el fin de dar a conocer el patrimonio medioambiental que albergan distintas zonas de la provincia.             

    La publicación está realizada en papel reciclado, y supone una iniciativa que va más allá de la difusión turística y cultural y añade la perspectiva del desarrollo sostenible en zonas que deben difundirse y conservarse. "Ha habido mucho intrusismo con fincas rústicas y construcciones que han invadido terrenos protegidos para el ganado trashumante, que en la Edad Media suponía el paso de millones de cabezas de ganado en zonas hoy bien balizadas y señalizadas con mojones", explicó el diputado.             
    En la provincia de Palencia, las vías pecuarias de mayor entidad son la Cañada Real de Merinas- Ruta de la Mendoza (Palencia- Valoria del Alcor), la Cañada Real Burgalesa (Antigüedad- Cubillas de Cerrato), la Cañada Real Leonesa (Villoldo- Guardo) y el Cordel Cerverano (Villoldo- Villaprovedo).              

  La publicación cuenta con la colaboración de la Fundación del Patrimonio Natural, que ha adquirido 1.000 ejemplares, para impulsar rutas a pie, caballo o bicicleta y acercar los valores medioambientales de distintos recorridos. Y en la elaboración de los itinerarios han contribuido también dos técnicos de la administración regional, Juan Antonio Martín y José María Muñoz, cuyo trabajo ha contribuido a la conservación y recuperación de las vías pecuarias de la provincia, "que algunos casos fueron reducidas a caminitos de ocho metros cuando antes tenían una anchura de 75", apuntaba Palacios.             

   La guía incluye un apartado sobre la historia de la trashumancia, mapas, fotografías, referencias con rutómetros para GPS, zonas donde existen descansaderos, ermitas, iglesias y monumentos visitables, además de un glosario, direcciones de oficinas y centros de turismo rural y teléfonos de interés.             

   Esta edición se distribuirá a los ayuntamientos, bibliotecas públicas, centros de información y oficinas de turismo, para que sean consultadas y utilizadas por el público interesado en realizar estas rutas.             

      
 Labores de señalización 
         

Los trabajos de señalización de vías pecuarias se basan en los planos de concentración parcelaria de fincas colindantes, en planos catastrales y en los montes públicos anejos a las cañadas reales, que son vías cuya anchura no excede de los 75 metros; los cordeles, cuya anchura no sobrepasa los 37,5 metros; y las veredas, que tienen una anchura no superior a los 20 metros.             
   Las vías pecuarias todavía siguen prestando un servicio a la cabaña ganadera que se explota en régimen extensivo. Hoy en día el principal valor ya no reside sólo en su uso ganadero ?cada cuatro años rebaños procedentes de Extremadura pasan por Palencia con destino a los pastos de los Picos de Europa en León- sino en su interés ambiental y turístico. Las cañadas, cordeles y veredas sirven para conectar espacios de interés ambiental, constituir corredores ecológicos, fomentar la biodiversidad faunística y florística, fomentar las actividades de uso público y la educación medioambiental.             

 

Tramo palentino de la Cañada Oriental Leonesa 
Villambroz una descansadera de los ganados de las merinas

La conquista de Extremadura por el rey Leonés Fernando II, con la decisiva colaboración de las nuevas órdenes militares hispanas, hacia 1170 unificó las tierras que desde antiguo llevaban a cabo una ganadería transhumante norte sur, desde las dehesas de Extremadura hasta las montañas de Palencia y León. Esta ganadería probablemente la habían llevado a cabo los bereberes durante los siglos VIII y IX, luego los “pardos”, cristianos de la frontera Extremaduriii. Según Reyna Pastor, ya en el siglo X, existieron entre el Sistema Central y las montañas de León y Castilla, rutas de transhumancia, por las que circulaban ganados de los Centros monásticos y de las grandes villas y ciudades catedralicios. El extremo entonces estaba en el Duero y el Sistema Central, hasta que llegaron y ocuparon el valle del Tajo. En 1273 Alfonso VII otorgó privilegios a los miembros del Honrado Concejo de la Mesta, heredera y engrandecedora de toda esta tradición.

   Ocho décadas antes, en los confines de los términos de Saldaña y Ledigos (Palencia), tras un conflicto por las áreas comunales ganaderas de Ledigos y pueblos de alrededores (Villambroz, Ledigos, Lagartos, Villa Gatón, despoblado en Villarrobejo, en 1194 a finales del siglo XII: “fasta aquel viso era término de Ledigos pora lavrar et rozar et paçer, et en término de Saldana avien a pacer et tornar con sol en so término.” Quiere decirse que entonces hasta allí podían los de Saldaña llevar sus rebaños estantes, al cabo de un día, mientras que más allá había rebaños durante más tiempo: este es, en nuestra opinión, el origen de este tramo palentino de la Cañada Real, como ruta pecuaria de más amplio recorrido que el de una jornada. Así se institucionalizó a fines del siglo XII, una nueva vía pecuaria que recorre de Norte a Sur estos territorios: La Cañada Real Leonesa Oriental.

La Cañada entra en Palencia, rozando apenas el pueblo de San Pedro Cansoles. Desde allí cruza después varios valles antes de subir definitivamente al páramo repoblado en parte de pinares que la enmarcan hasta cerca de Villambroz. En un coro trecho penetra de de nuevo en León y continua por los límites de ambas provincias por los pinares de Riocamba. En el Campo de Cansoles, se produce la unión con el ramal que procede de los puertos de Portilla y Llánaves en León, Pineda y Los Cardaños en el norte de Palencia. Desde el lugar de confluencia, una pista forestal, la acompaña hasa Villambroz. La Cañada se dirige hacia la Venta de San Roque (hoy arruinada) y a la laguna del Fresno que conserva agua aún en el estío, al lado de la Ermita de San Roque, reconstruida en 1988 por el pueblo de Fresno del Río.
En las proximidades del pueblo de Villota los pinares se tranfosman en campo de cereal. Cerca del pueblo aún se mantienen en pie tres o cuatro corrales para ovejas, de arquitectura tradicional de barro, de los 30 o 40 que llegó a tener. En el páramo de Palencia se mantiene íntegra la anchura inicial de las 90 varas -75 m-, y es respetada por los lugareños que la utilizan con sus rebaños estantes (ganados churros). desde Villambroz continua hacia el sur bordeando la linde de la dehesa de Bustosirio. A dos kilómetros a la izquierda queda el pueblo de Bustillo del Páramo de Carrión y la Cañada atraviesa perpendicularmente la "parva", nombre con el que se conoce al camino de peregrinos y antigua calzada romana que se dirige hacia Sahagún. Siguiendo el cauce de La Cueza se llega al Monte Carrión, pertenecinte a la villa de Calzada de los Molinos. El monte está poblado de grandes ejemplares de encina y la Cañada adquiere notable anchura en sus proximidades. Se atraviesa la carretera y entre campos de cereales se llega al Valle de las Fuentes, con buenos pastos y agua abundante. En el ascenso cuando se salía de la dormida en el Valle de las Fuentes, con el cielo despejado y sin nubes en las montañas, los pastores divisaban ya las Peñas de Tejerina.

Desde allí la Cañada desciende hacia Castrillejo de la Olma, donde por entral en los regadíos del río Carrión el paisaje cambia radicalmente. Se deja el pueblo a la izquierda y se vadea La Cueza para continuar por su margen derecha. Después un cruce de carreteras, muy temido por su tráfico en los últimos tiempos de la trashumancia. A dos kilómetros a la izquierda está el Puente de Villoldo, donde viene a dar el cordel procedente de las montañas de Cervera de Pisuerga y Aguilar de Campoo cuya incorporación se produce en el antiguo caserío de Villafoldo. Continúa entre el regadío por la izquierda de la carretera hasta el pueblo de Perales -lugar de descanso-, que la Cañada atraviesa por el centro, por la actual carretera. Conserva una cantina antigua "El Mesón", venta de parada y fonda para carreteros y trashumantes.

Continúa por la izquierda de la carretera, pasando por la Granja de Villafruela, al lado de la casa-palacio del mismo nombre. Entra en el término de Valdavín pasando por la Dehesa del Montón de Trigo y se acerca al Canal de Castilla al que acompaña durante algo más de un kilómetro. Cruza el canal por el airoso puente de Valmudo o Valdemudo. Inmediata a él, se mantiene todavía en pie la llamada Venta Nueva, que fue otro de los sitios de parada y descanso; aunque desde Perales la jornada acaba normalmente en el Puente de Anguarianos a la entrada de Palencia. Cuando los ganados iban hacia el sur, la Cañada cruzaba la ciudad de Palencia por La Ronda, mientras que en la subida pasaban por la Calle Mayor. Desde Palencia, entra la Cañada en el término de Villamuriel de Cerrato donde se desvía una "pasada" que fue muy utilizada por los trashumantes, más que la Cañada principal. Dicha pasada cruza de nuevo el río Carrión por un famoso puente de once arcos y atraviesa el pueblo de Villamuriel, situado al pie de un cerro, continuación del páramo, y en el que domina la robusta Iglesia de Santa María la Mayor, del siglo XIII.

La Junta reabre el paso a la trashumancia después de cinco años cerrado. En Palencia apenas quedan pastores que crucen la Mesta A.A.C.
La provincia de Palencia ha sido durante siglos lugar de tránsito de los ganaderos trashumantes. La Junta de Castilla y León acaba de autorizar la trashumancia en la Comunidad, después de cinco años de paralización por culpa de la propagación de ciertas enfermedades entre el ganado. 
Un lustro en el que sólo unos pocos ganaderos han logrado los permisos pertinentes para trasladar a sus animales a tierras más cálidas en invierno y más frescas durante el período estival. En años precedentes recorrían por la Región entre 3.000 y 5.000 animales.
Dos Cañadas Reales atraviesan Palencia: la Leonesa Oriental y la Leonesa Occidental. La primera llega hasta la Montaña Palentina, en los entornos de San Salvador de Cantamuda, atravesando la provincia de sur a norte a través de las comarcas de Valdavia y Boedo-Ojeda, mientras que la Occidental se separa de la primera a la altura de Villoldo y recorre el oeste de la provincia hasta Guardo, donde entra en León

 
Viejas tradiciones vivas

 Todavía hoy se conservan algunas de las viejas tradiciones populares que tienen su origen en la trashumancia. Es el caso de la Fiesta de la Trashumancia de Villambroz o la Fiesta de la Borrega en Menaza, municipio que recibe a los pastores extremeños que cada verano suben sus merinas a las montañas de Brañosera. A cambio de la hospitalidad de sus habitantes, se exige a los trashumantes como tributo cinco ovejas que serán sacrificadas para cocinar un guiso, y, si bien en los últimos años los cada vez más escasos pastores han faltado a la cita, la tradicional fiesta aún se perpetúa.

 La localidad palentina de Villambroz ha albergado la celebración del Campeonato Interpueblos de Galgos con liebre mecánica, una competición que ha estado organizada por la Fundación Provincial de Deportes de Palencia, dentro de su programa denominado 'Oferta deportiva a los pueblos'. En el campeonato se inscribieron veintiocho galgos, que participaron en las distancias de 500 y de 800 metros. Los tres primeros clasificados en la prueba de 500 metros fueron 'Bekel', 'Rubí' y 'Rebelde', todos ellos pertenecientes al criador de Guaza de Campos, Ernesto Calzón. En la distancia de los 800 metros, los tres perros más veloces fueron 'Pelao', de Pedro Hernández Jiménez (Paredes de Nava); 'Pirata', de Ernesto Calzón Asensio (Guaza de Campos) y 'Curro', de Franco Gutiez (Villalobón). El presidente de la Fundación Provincial, Mario Granda, el diputado provincial, Adolfo Palacios y el alcalde de Villarrabé, Ángel Aricha, entregaron los trofeos a los ganadores 
2006

FIESTA DE LA CAÑADA 2006

 
 NORTE CASTILLA/ 17 MAYO  2006

 
Los vecinos del municipio celebraron el pasado domingo, 14 de mayo, en Villambroz, en una campa colindante a la cañada real, una carrera de galgos, organizada por la asociación galguera Valoria, que puntuaba para el campeonato Interpueblos de la Diputación. "Además con la colaboración de la asociación Ecueste Palentina, se ha organizado también un encuentro de caballos, con carrera de cintas y exhibiciones de doma para completar el prog¡ama de actividades de la jornada festiva y atraer a más gente",

 3.000 personas en la II fiesta de la cañada: Unas tres mil personas de diversos puntos de la geografía castellano leonesa y de las distintas comarcas palentinas se dieron cita en la II fiesta de la Cañada Real Leonesa Oriental que se celebró en Villambroz durante la tarde del sábado 19 de junio 1999. Durante la misma los asistentes pudieron presenciar una carrera en la que participaron más de treinta galgos; el esquileo y marcado de cuatro ovejas a manos de los vecinos de Villambroz, así como una exposición de perros mastines y careas.

La jornada se completó con la degustación de 150 kilos de carne de borra (la oveja que no sirve para criar) que distribuidos en siete calderetas y repartidos entre los asistentes con pan, hicieron las delicias de los que se acercaron a degustarlo.

 Durante la soleada y calurosa tarde del sábado, también se contó con la presencia de la Asociación de amigos del caballo de la comarca que presentó y mostró diez esbeltos ejemplares con los que hizo su particular homenaje a la trashumancia.

En el mes de junio se festejaba en Villambroz la fiesta de la cañada real. Esta cita anual reunía a miles de personas y acercaba a las merinas hasta nuestra comarca. Lástima que los últimos años no se ha celebrado. Esperamos y desde aquí animamos a los organizadores para que el próximo año vuelvan a poner en marcha esta actividad tradicional, turística y a la vez lúdico - recreativa. 

Cañada Arriba, Cañada Abajo

Esta antigua vía pecuaria atraviesa de sureste a noroeste el término de Villambro, encontrando aquí alguno de los tramos mejor conservados de todo su recorrido. El acceso más cómodo a la Cañada se realiza desde el propio pueblo al discurrir por sus eras, encontrándose señalizada por carteles de la Junta de Castillo y León en su cruce con !a carretera. Todo este tramo se puede recorrer fácilmente por una cómoda pista agrícola que se superpone a la vía pecuaria.

Una vez abandonadas las montañas leonesas pasaba por Puente Almuhey y se despedía de esta provincia a la altura del pueblo de Valcuende y entra en la de Palencia, pasaba por Villambroz y la misma ciudad de Palencia. Después laCañada Leonesa Oriental seguía por las tierras de Valladolid, proseguía por Coca y Villacastín, para atravesar el Sistema Central por el puerto de Arrebatacapas (1.068 m.). Tras bordear Cebreros, cruzaba el río Alberche por el puente de Valsordo, ya en el término municipal de El Tiemblo circula al lado de los famosos Toros de Guisando.
Las eras de arriba era la zona de descanso de los rebaños de ovejas transhumantes. Aquí hacían noche las maritas o merinas que pasaban por la cañada camino de la montaña leonesa a Extremadura en otoño y viceversa en primavera. Los mayores recordarán que muchas mañanas aparecían las eras completamente llenas de maritas que habían pernoctado. En este trayecto discurre por los amplios pastízales y eras del pueblo, ascendiendo al páramo entre !as tierras de labor, en cuyos linderos perviven pequeños matorrales de roble y encina, únicos restos de los antiguos bosques que cubrían estos terrenos. Ya en el páramo serán los pinares de repoblacón el paisaje predominante.


OTRAS CAÑADAS

La Cañadilla
Aquí comienza o termina, según se mire, el camino de la cañadilla, que después de atravesar este pago, llegamos a la misma carretera de Sahagún-Saldaña. Lo que vemos hoy recorriendo la Cañadilla, no otro paraje que parcelas y tierras sembradas de cereales, y una estrecha franja de monte bajo, que se une con el monte de la Lobera y de los Cascajuelos, La Cañada Grande empieza en los Campos y termina en Valdeazme. 

 

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PAGOS

La Cueza
Fuentelorno
Fuentebarredera
Los Campos
Vallejón grande
Vallejón chiguito
Pozonagro
La Corzuela
El Caño
Los Tojos
La Barrera
Las Escaleras
Loa Prados
La Matosa
El Gramadero
Las Suertes
Valdoreje
Carruigo
La Lobera
Cascajuelos
Valdarina
Matasuseras
Cañada grande
Valdeazme
El Hoyo
Cemillas
Matalaorilla
Valdellavín
Matajoara
La Senara
Valdesaugo
El Zepo
Laderas
Montín
Cañada Villafrades
Matacaballo
Raposeras
Camino Hierro
Cañadilla
Valleja Angosta
La Perionda
Cañada las maritas
Las Adoberas
El Billar
Cabañas
Tierra Santosw
La Encina
Arroyo las bragas
Pedreguera
El Paramillo
Fuente Cubilla
Los Sotanillos
La Nava

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APELLIDOS

Antolín
MisasAMBROZ
García
Velasco
Delgado
Ibáñez
Caminero
González
Merino
Pérez
Sastre
Ríos
Laso
De La Fuente
Santos
León
Fernández
Barrionuevo
Pelaz
Canal
Guerra
Prieto
Hierro
Herrero
Rodríguez
Rejón
Salán
San Pedro
Francisco
Abad
Nicolás
Ramos
Escudero
del Valle
Esteban
Martínez
de Villota
Alonso
Gómez
Franco

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L I B R O S
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Basilio Velasco Delgado

"Villambroz"
el poder de un pasado
rural

Caligrama Editorial
Sevilla 2016

finalidad de la historia
novelada: evitar que  el 
recuerdo de nuestro pueblo
se diluya en el más
profundo olvido
VILLAMBROZ como fondo
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Imelda Pérez Delgado

"poemas de
naturaleza y vida"

UNO Editorial pgs. 87
Villambroz 2017
 PALENCIA    
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Imelda Pérez Delgado

"La Ruta paramera"

Poesía, 112 páginas
ISBN: 978-84-17487-16-4
PVP (papel): 10 €

Villambroz 2018
Palencia
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Imelda Pérez Delgado

Letras me sopló el viento
- poemas -

Editorial UNO pag, 71
illambroz (Palencia)
2020
 
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